
La docencia es una profesión ambivalente. Como docente he experimentado emociones tanto positivas como negativas, las cuales me han hecho madurar profesional y humanamente. Todavía recuerdo los nervios que sentí la primera vez que me presenté en un grupo de escuela preparatoria, quienes se mostraban desinteresados por atender indicaciones e iniciar la revisión de contenidos relacionados con la materia de historia universal, pero también recuerdo cuando posteriormente se acercaron algunos alumnos para contarme sucesos de su historia personal. Esto me provocó una gran satisfacción y alegría.
La libertad de ser profesor. Con el paso del tiempo he encontrado un punto de equilibrio entre proyectarme ante los alumnos como el profesor “humano” y el profesor “académico”. En varias ocasiones, sobre todo cuando revisamos algunos contenidos temáticos, les comparto experiencias personales, dando apertura a que ellos también lo hagan en el momento que lo crean oportuno.
Construcción de una identidad profesional. Esta situación se ha dado con base a una personalidad propia, la influencia de mi formación docente y universitaria, y de los contextos sociales y académicos en donde me he desenvuelto y, finalmente, a la constante capacitación y actualización que he tomado continuamente para fortalecer y mejorar la práctica docente.
Ser interlocutor y estar al servicio del aprendizaje de los alumnos. Antes de comenzar cualquier curso, me agrada llevar a cabo actividades de diagnóstico, no solamente para identificar saberes previos de los alumnos, sino también las características del grupo y de cada alumno, las dinámicas, los roles y las formas de comunicación ejercidas entre alumnos. Estas y otras situaciones de análisis me han dado la pauta para planificar las estrategias de enseñanza – aprendizaje. En relación a ser interlocutor, quiero compartir que aplico diversas formas para comunicarme con los alumnos, destacando el lenguaje verbal, escrito y corporal, el uso de los medios cibernéticos, etc.
La importancia de la disciplina. Cuando comenzaba como docente me desesperaba mucho al escuchar los gritos, las pláticas escandalosas y manifestaciones de inquietud por parte de los alumnos. Al utilizar el razonamiento, identifiqué que esa indisciplina era causada en parte por las estrategias poco atractivas y motivantes que aplicaba en clases. Fue así como decidí entrar en diálogo con los alumnos para conocer algunas opiniones y sugerencias respecto a las actividades y estrategias de enseñanza – aprendizaje. Hasta ahorita me ha funcionado de regular a muy bien, dependiendo de las características de los grupos, las políticas institucionales, etc.
Interés por adquirir y transmitir saberes. La capacitación y actualización las considero tareas permanentes. Tengo el gusto de interactuar con colegas docentes y profesionistas para enriquecer y conocer distintos enfoques disciplinarios. La docencia me ha demandado una constante inquietud por adquirir más saberes, pero todavía ha sido y será más satisfactorio el hecho de compartirlos con otras personas y observar que aplicarlos en su vida cotidiana les ha servido de algo.
La libertad de ser profesor. Con el paso del tiempo he encontrado un punto de equilibrio entre proyectarme ante los alumnos como el profesor “humano” y el profesor “académico”. En varias ocasiones, sobre todo cuando revisamos algunos contenidos temáticos, les comparto experiencias personales, dando apertura a que ellos también lo hagan en el momento que lo crean oportuno.
Construcción de una identidad profesional. Esta situación se ha dado con base a una personalidad propia, la influencia de mi formación docente y universitaria, y de los contextos sociales y académicos en donde me he desenvuelto y, finalmente, a la constante capacitación y actualización que he tomado continuamente para fortalecer y mejorar la práctica docente.
Ser interlocutor y estar al servicio del aprendizaje de los alumnos. Antes de comenzar cualquier curso, me agrada llevar a cabo actividades de diagnóstico, no solamente para identificar saberes previos de los alumnos, sino también las características del grupo y de cada alumno, las dinámicas, los roles y las formas de comunicación ejercidas entre alumnos. Estas y otras situaciones de análisis me han dado la pauta para planificar las estrategias de enseñanza – aprendizaje. En relación a ser interlocutor, quiero compartir que aplico diversas formas para comunicarme con los alumnos, destacando el lenguaje verbal, escrito y corporal, el uso de los medios cibernéticos, etc.
La importancia de la disciplina. Cuando comenzaba como docente me desesperaba mucho al escuchar los gritos, las pláticas escandalosas y manifestaciones de inquietud por parte de los alumnos. Al utilizar el razonamiento, identifiqué que esa indisciplina era causada en parte por las estrategias poco atractivas y motivantes que aplicaba en clases. Fue así como decidí entrar en diálogo con los alumnos para conocer algunas opiniones y sugerencias respecto a las actividades y estrategias de enseñanza – aprendizaje. Hasta ahorita me ha funcionado de regular a muy bien, dependiendo de las características de los grupos, las políticas institucionales, etc.
Interés por adquirir y transmitir saberes. La capacitación y actualización las considero tareas permanentes. Tengo el gusto de interactuar con colegas docentes y profesionistas para enriquecer y conocer distintos enfoques disciplinarios. La docencia me ha demandado una constante inquietud por adquirir más saberes, pero todavía ha sido y será más satisfactorio el hecho de compartirlos con otras personas y observar que aplicarlos en su vida cotidiana les ha servido de algo.
Hola Edgar: cuando leo tu documento, me doy cuenta que no soy el único que paso por las situaciones tan especiales al inicio de nuestra formación docente. Te felicito y envió un cprdial saludo.
ResponderEliminarHola Edgar, me da mucho gusto que una persona como tú sea nuestro tutor; toda vez que, a pesar de ser muy jóven, cuentas con una amplia experiencia y conocimiento en el uso de las TICs. Espero que mediante estos espacios virtuales podamos aprender y retrolimentar conocimientos en beneficio de nuestros alumnos.
ResponderEliminarPorfirio Guzmán Carballo.
Buenas tardes profr. Edgar,
ResponderEliminarMi nombre es Isis y soy del grupo 23. Entre al sitio de encuentro por curiosidad pero me llenó de satisfacción conocer a una persona como usted.
Quiero comentarle que estoy estudiando mi segunda carrera que es Lic. en la Enseñanza del Inglés pues la primera fue Lic. en Administración de Empresas y soy pasante de la Mtría. en Administración en Educación Superior. Ojalá pueda llegar a ser como usted y que en nuestro sistema (DGETI) nos den la oportunidad de sobresalir y superarnos como usted lo ha hecho.
Enhorabuena, ¡saludos!
Hola Edgar:
ResponderEliminarComparto contigo la idea de que ser profesor de adolescentes es un gran reto, no sólo por las características de la etapa que atraviesan, sino porque cada generación de jóvenes es diferentes y tiene una perspectiva diferente de la vida. Por eso todos los que trabajamos en el nivel medio superior debemos estar permanentemente actualizados, no sólo en lo que se refiere al ámbito pedagógico, sino también respecto a las circunstancias y transformaciones políticas, culturales, económicas y científicas de la sociedad.
Gracias por invitarme a tu blog.
Hola Mtro. Edgar
ResponderEliminarEs impresionante lo que puedo aprender de usted día a día y realmente una satisfacción tener a un tutor como usted y esto es motivante para continuar con esta gran tarea ya que tiene toda la razón al comentar de la gran responsabilidad que tenemos pero a pesar de ello realizamos todas las actividades con gusto.