sábado, 20 de junio de 2009
Ilustración de la relación entre aprendizaje y competencias
El aprendizaje viene siendo el principal móvil del enfoque por competencias, resaltando que en este el alumno o la persona que aprende esta en el centro del proceso educativo. En el enfoque por competencias se propone que el aprendizaje debe reflejarse en tres saberes: conceptual, procedimental y actitudinal.
Más que volver a mencionar las características de cada uno de ellos, quiero ilustrarlos con un ejemplo.
Una educadora en preescolar aplica una estrategia para trabajar el campo formativo “Conocimiento de sí mismo”. Propone revisar específicamente el tema de “Las emociones”. Para ello lanza la pregunta inicial al grupo “¿Qué son las emociones?”. Los niños contestan que es cuando están tristes, contentos, sorprendidos, etc. La maestra de manera breve les dice que esos son estados emocionales, complementa que la emoción es la forma en que se reacciona ante determinada situación y tiene manifestaciones en el cuerpo; por ejemplo, dolor de cabeza y estómago, sonrisa, sudoración, etc. Al tratar de conocer los conocimientos previos y dar una definición sencilla sobre la emoción, se está trabajando el saber conceptual.
Enseguida la maestra les presenta imágenes de manifestaciones emocionales; por ejemplo, retratos de niños tristes, alegres, aburridos, sorprendidos, nerviosos, etc. Les da una tarjeta a cada alumno con su nombre y pide que lo peguen en alguna imagen de acuerdo a la emoción que estén experimentando en esos momentos. Con esta actividad desarrolla el saber procedimental.
Para finalizar, retroalimenta la estrategia pidiendo que de manera voluntaria argumenten su elección, describiendo su emoción y mencionando las razones de sentirse así. Esta actividad de cierre tiene la intención fomentar una actitud participativa y de convivencia social, es decir, un saber actitudinal.
Sin duda alguna el aprendizaje está íntimamente relacionado con las competencias, con las cuales se pretende sistematizar y hacer más tangible dicho aprendizaje, además lo diversifica y engloba.
Concepciones del aprendizaje

El aprendizaje es un proceso continuo, no terminado que experimentamos a diario, se relaciona con modificación de esquemas de pensamiento, conducta, emociones, afectos, etc. Son intelectuales en diversas áreas formativas que se han “atrevido a investigarlo” y han tratado de concretar sistemas teóricos para dar explicación sobre su origen, desarrollo y aplicaciones en diferentes ámbitos de la vida.
Afortunadamente hasta la fecha no ha surgido alguno que sea el más exacto y objetivo (es una utopía que pase esto), pues conllevaría tratar de estimular y desarrollar el aprendizaje de manera indiscriminada para todas las personas. Lo “rico” del aprendizaje ha surgido con la aparición de sus concepciones, las cuales, sin duda alguna han tenido validez y pertinencia en determinados momentos históricos, donde han respondido favorablemente a las necesidades educativas de contextos de intervención.
Independientemente de las tendencias que desate la teorización del aprendizaje, es importante darle el crédito a aquellas concepciones que expliquen y den alternativas de mejora a cualquier problema o fenómeno educativo.
La teoría del aprendizaje primeramente debe definir la concepción que tiene sobre el mismo, para después caracterizar el rol del que facilita aprendizajes y del que adquiere los aprendizajes; y finalmente las particularidades que deben tener los aspectos centrales del proceso educativo; tales como estrategias, materiales, propósitos, formas de evaluación, etc.
Para finalizar quiero comentar que para un abordaje completo del aprendizaje es necesario tener los tres saberes: conceptual, procedimental y actitudinal. El primero al tener nociones claras y fundamentadas sobre principios teóricos del aprendizaje; el segundo considera estrategias y métodos de adquirirlo de manera razonada y consciente; y el tercero tener flexibilidad y disposición para el aprendizaje, con la intención de evitar casarnos con dogmas y esquemas de pensamiento unilaterales.
La vida es un aprendizaje, que difícilmente podremos evitar. Lo ideal sería reflexionar el proceso que efectuamos para aprender, pues de esa manera pudiéramos hacer mejores aplicaciones para resolver las tareas o vicisitudes cotidianas.
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